Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran ...

Y es que ya iba tocando, la vuelta a los territorios como eje de la Inteligencia Competitiva. Como dice Daniel Innerarity, Catedrático de Filosofía Política y Social de la UPV, en el número de este mes en la siempre interesante revista navarrainnova, editada por el Gobierno de Navarra, "el objetivo de la Estrategia de Lisboa de convertir a Europa en un espacio de economía basada en el conocimiento se ha trasladado a la gobernanza territorial en los conceptos de territorio inteligente o ciudades del saber". Y no sólo esto lo dice el, lo dicen en otros territorios más al sur, en Almería, desde su Ayto han puesto en marcha un proyecto de internacionalización de su tejido empresarial al modo de un gran pacto local (poryecto SOFOS) en el que todos aportan algo a ese objetivo. La crisis ha puesto de relieve que no son ya las empresas las que pueden salir ellas solas de este atoyadero provocado por el encadenado efecto dominó de caida del sistema financiero por culpa de un abandono al ladrillo y con la errónea perspectiva de vender más de lo que el mercado inmobiliario podria llegar a absorver. En fin, sobre ese tema ya llueve sobre mojado.

Pero lo que Daniel dice y es interesante es esa llamda a que los territorios se muevan en otro sentido, no tratando de vender mano de obra más barata para ser competitivos, sino a aprovechar eso que podria diferenciar a los territorios y que no es otra cosa que contar con una mano de obra no más barata sino más cualificada, infundiendo creatividad e inteligencia competitiva en los procesos productivos y generando con ello un diferencial ...

Ese interés por la creatividad e inteligencia competitiva son aun, hoy por hoy, lecciones por aprender. Las señales en el entorno actual indican que, por un lado, el tejido empresarial europeo con mayor poder económico aun cree en que hay un santo grial en eso del ahorro y que éste no es sino adquirir ventaja competitiva gracias a contar con una fuerza de trabajo aun más barata que la que explotan las empresas en China. Y si esto no es posible aquí, la solución es deslocalizarse, perdon, multilocalizarse, a la par que siempre hay lugar para la queja indicando que nos invaden los Chinos. Por otra parte las otras señales inequivocas de huida hacia atrás es la de las administraciones públicas en sus inversiones en favor de la educación. Si este puede llegar  a ser factor diferencial sería si se diese valor a ésta en los presupuestos, pero el déficit en este sentido aumenta y la brecha entre territorios con personal cualificado tambien aumenta.

Ante estas sombras hay que felicitarse si contamos con experiencias de territorios comprometidos (como el de Almería, por ejemplo), que sean tractoras de otras. Lo dicho, sería como reeditar a Miguel Hernandez con sus palabras llenas, ahora, también, de un nuevo sentido, vientos del pueblo me llevan ... (ójala lo hubiera podido ver esto el también)